JUAN ROMERO Y SU MAGIA
Chile es un país mágico, misterioso, e insondable. Esta franja angosta en forma de espada, guarda consigo muchas leyendas las cuales sin duda están muy unidas al aspecto geopoético de estas tierras. Ya sea con sus colinas empinadas en que se alcanza el silencio, y las comunicaciones con seres de otras galaxias, o en sus rocas donde yacen las leyendas de los gigantes petrificados en ellas, o de sus aguas profundas en las cuales emerge con sus trajes de alga, la pincoya, y embarca el Caleuche con su tripulación errante que vive en constante jolgorio, resplandeciendo con sus colores en la costas del sur, llevando a los valientes a la Ciudad de los Césares.
Cercano a las aguas profundas donde duerme la pincoya, y navega el Caleuche, los prodigiosos bosques de agreste hermosura, también resplandecen con sus leyendas. En tiempos de la conquista junto a Diego de Guzmán, hace su aparición, un indio“picaro” llamado Juan Romero oriundo de Panamá, y famoso por sus agüeros.
Las primeras impresiones de los miembros de la conquista, al ver a Juan Romero, con sus dientes largos y deformes, un busto alto, y una forma peculiar de caminar, fue que éste era un ser infeliz. Pero que ¡duda hay!, de que las apariencias engañan, ya que Juan Romero, era un personaje misteriosófico, un pícaro, con poderes sobrenaturales.
Juan Romero llegó a Tarapacá, acompañando a la expedición por la conquista en Chile del Teniente Pedro de Valdivia, a quien además le salvó la vida, ¿Cuál hubiera sido el destino de Chile, si Juan Romero no le hubiese salvado la vida al conquistador?
Juan Romero en sus ratos libres se dedicaba a cazar pullques, especie de comadrejas que se criaban en los matorrales cenagosos de la altura, estos pullques eran cazados por afición y además eran utilizados para entregárselos a su amiga, la mulatilla Catalina, para la cena.
A pocos días de su estancia en la expedición, Juan Romero fue a cazar palomas torcaces, y al matar a una de ellas, tuvo la visión de que Pedro de Valdivia sería traicionado (aquella traición sería la que planeaba Sancho de la Hoz, junto a Pastrana, y un grupo de cobardes para derrocar al Teniente Valdivia, y así tomar el liderazgo de la empresa). Juan Romero le anunció a Pedro de Valdivia que sería traicionado, al ver el corazón de la paloma que mató con su honda palpitar tres veces, lo que Pedro de Valdivia, no creyó, pero Juan Romero seguía insistiendo, y lo invitó a que se fuera a buscar a Francisco de Aguirre y Rodrigo de Quiroga a Atacama, a lo que Pedro de Valdivia accedió a pesar de su superstición.
A la partida de Pedro de Valdivia, apareció en la noche Sancho de la Hoz junto a un grupo de traidores, buscando la tienda de Pedro de Valdivia, para darle una estocada, y así nombrar a Sancho de la Hoz, como el futuro Conquistador de Chile.
Como Juan Romero le había advertido a Pedro de Valdivia, sobre una futura traición, el conquistador tomó las precauciones necesarias, y los malhechores no pudieron encontrar la tienda de Pedro de Valdivia, a lo que se dispusieron a divagar en el campamento buscándolo, sin encontrar al conquistador, por las razones mencionadas arriba. Los malhechores rápidamente fueron descubiertos a altas horas de la noche por los hombres de confianza del Teniente y por Ines de Suarez, que al descubrir a estos hombres carentes de valía los encararon, confirmando las malas intenciones que éstos tenían, y así aquel plan malévolo, fue disuelto.
Al salvarse Pedro de Valdivia, los agüeros de Juan Romero, se tornaban verídicos, y ya no sería visto, por Ines de Suarez, y por Pedro de Valdivia como el criado que en un principio fue encomendado a las labores de la cocina, ahora sería un hombre de presagios, y de magia.
ARTICULO DE MARCELO MATURANA
ARTICULO DE MARCELO MATURANA